lunes, 6 de julio de 2015

Una ciudad que nunca duerme ...y con la que mucha gente sueña New York City blues...



Tantas personas han llegado a esta selva de concreto a comenzar de cero, muchos con historias tristes y muchos con la esperanza de cumplir el tan nombrado sueño americano. 
Mi caso es algo diferente, mi primera vez en New York fue en el año 2010, cuando el otoño apenas comenzaba.
Me sentí tan pequeña ese día, yo era un punto en medio de la nada, los rascacielos que jamas había visto antes, el afán de la gente que me parecía algo absurdo, todo pasaba tan rápido, hasta el tiempo...pero aun así decidí volver y fui tantas veces como pude, y coincidencialmente visité nueva york en todas sus estaciones, desde el verano más caluroso hasta la tormenta de nieve en invierno que nos obligó a estar en casa todo un fin de semana.

Esta vibrante ciudad me impresionó, no solo por ser la capital del mundo y todo lo que con tal nombre implica, sino por los contrastes culturales, todas las personas son diferentes viviendo bajo la mirada de la estatua de la libertad, todos apurados en un caos colectivo.















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